El uso de disfraces para niños, por supuesto, lo recomendamos durante todo el año. Pero es que, además, tenemos la suerte de vivir en un lugar donde el Carnaval tiene una gran importancia. ¡Qué poco nos cuesta a los canarios disfrazarnos! Veamos qué aporta a a los niños jugar con ellos.
Los beneficios de jugar con los disfraces para niños
Para empezar, es seguramente el juego más divertido que hay para los niños: superhéroes o villanos, cocineros o deportistas, enfermeros y médicos, príncipes y princesas, dragones o magos. O cualquier cosa con ‘cuatro trapos’ que encuentras en casa. El universo del disfraz es infinito. Y la imaginación del niño aún más.
Psicólogos y pediatras confirman los beneficios de los disfraces para niños a todos los niveles, tanto personal y familiar como social y emocional. Estos son algunos de ellos:
Estimula la imaginación y la creatividad de los niños
El disfraz es solo «la excusa» para que nuestro Pizquito dé rienda suelta a su imaginación. Se viste de su personaje favorito de la tele o de algo que vio el día anterior en la calle y ¡zas! El botón de la creatividad se ha puesto en «on» y ahora no hay quien lo pare. Y seguro que no será el único disfraz. Cambiará de disfraz o intercambiará elementos de uno y otro hasta crear un personaje único en el mundo: el que su imaginación ha querido.
Mejora su desarrollo emocional
Y no solo es el hecho de jugar y «vivir la vida de otro personaje». También es la posibilidad de expresar sus sentimientos y sus emociones de otra forma.
Un disfraz adecuado en un momento dado puede ser el detonante para que el niño o la niña se desarrollen emocionalmente.
Acaba con la vergüenza
Cuando el niño se pone un disfraz, por muy ridículo que sea, se enfrenta a sus miedo de forma sencilla. Esta puede ser la mejor solución para aquellos que, siendo muy tímidos, podrían terminar incorporando ese rasgo como parte de su personalidad. Sin duda, esto podría conllevar un problema en su desarrollo personal, social y, a la postre, profesional.
Ayuda a desarrollar la empatía
En muchas ocasiones, los niños desarrollan tarde o de forma insuficiente su empatía. Esto les genera problemas a la hora de integrarse en la sociedad. Cuando se disfrazan y juegan a sentir como otras personas (o personajes) y entienden otros problemas.
Se ha demostrado que este cambio de perspectiva puede ser más eficaz que la mayoría de las terapias sociales.
Mejora sus habilidades para comunicarse
Para los más pequeños, disfrazarse también significa entrar en contacto con un vocabulario y unos códigos lingüísticos diferentes a los habituales. Los efectos que esto puede tener sobre sus habilidades comunicativas son importantes. Por otra parte, la resolución de los problemas y los conflictos que puedan surgir les ayuda a mejorar poco a poco su dialéctica.
Lo hace más sociable
Jugar con disfraces puede ser tan bueno para socializar como asistir a un cumpleaños, almorzar con amigos de los padres y sus hijos o ir a saltar a un parque infantil con más niños. Son todas situaciones en las que el Pizquito aprende a jugar en grupo, mejorando sus habilidades sociales.
Ayúdanos a completar esta lista. ¿En qué crees que beneficia a tu Pizquito jugar a disfrazarse?