Desde luego, todos tenemos que reivindicar y poner en valor la importancia de la vacunación para el conjunto de la población y especialmente para la infancia, siendo además esta fase de la vida en la que se ha de realizar la inmunización.
Gracias a la vacunación masiva hemos logrado erradicar y/o disminuir la incidencia de enfermedades graves que pueden dejar graves secuelas para toda la vida o incluso llevar a la muerte.
Otro factor muy importante es el efecto barrera para la entrada de estas enfermedades (yo le llamo el efecto solidaridad) que se consigue vacunando al conjunto de la población. Pues si se universaliza, como efecto inmediato estamos consiguiendo proteger a partes de la población que no puedan ser vacunados en ese momento (enfermedades) o que se les desaconseje.
Ese efecto barrera o solidario es una responsabilidad de todos, pero especialmente en los centros educativos o similares, donde se produce una concentración de población infantil y entre todos (solidaridad) podemos evitar consecuencias imprevistas. En Pizquito hemos vivido dos casos de niños inmunodeprimidos al estar recibiendo tratamiento de quimioterapia y es este efecto barrera el que nos ha ayudado a cuidar la salud en estos casos.
La evidencia científica es la que es y los estudios de los principales centros investigadores (como el Instituto Pasteur) han demostrado la eficacia de la vacunación en la infancia, así como los principales organismos internacionales y asociaciones médicas. Por contra y con un estudio desmentido y demostrado falso se ha producido una desinformación y confusión que ha producido deserciones o objeciones a las vacunas, poniendo en riesgo al niño no vacunado en primer lugar y al conjunto de la población por extensión. Además, se ha puesto de moda, de forma minoritaria por ahora, la «objeción a la vacunación » en una falsa idea de defensa de «lo natural» (que se considera bueno «persé». La muerte también lo es.) poniendo en riesgo la vida del menor, como desgraciadamente ha sucedido en los últimos años y al conjunto de la población pues estos casos de no vacunación actúan como vectores de entrada de estas infecciones.
Gracias.
Gustavo Hernández, director de Pizquito.