Educar y formar a un niño desde su nacimiento y durante toda su crianza es una de las tareas más importantes que puede desarrollar un ser humano. Brindarle herramientas a lo largo de su vida para fortalecer su bienestar emocional lo es todo para una madre. Por ello, la crianza respetuosa juega un papel clave en su vida.
La crianza respetuosa se impone y define actualmente como un estilo o forma de vida, más allá de ser considerado un método o sistema para la enseñanza del vivir de un pequeño.
Se fundamenta principalmente en manifestar amor, empatía, respeto y consideración en cada acción en el camino a recorrer entre padres e hijos.
Según los especialistas, la crianza respetuosa se trata de que los padres consideren al niño como una persona que posee los mismos derechos que un adulto, es una relación que se afianza sobre las bases de respeto, amor y límites no punitivos, es decir que no implican sanciones o castigos.
La crianza respetuosa se rige bajo ciertos aspectos que determinan el ejercicio parental y que en las siguientes líneas pretendemos describir para ti:
Niños y adultos tienen los mismos derechos. Papá y mamá no son los únicos que pueden opinar o saber respecto a un tema, los niños también pueden intervenir y no solo obedecer.
Los padres deben ser perfectamente capaces y estar dispuestos a conectarse con las necesidades de sus hijos y darles una respuesta genuina, verdadera, pero por sobre todas las cosas llena de amor. Aquí es vital que las impresiones, emociones e inquietudes del pequeño sean tomadas en cuenta de una forma correcta, por más irrelevante que pudiera parecer a simple vista.
Los límites no punitivos es un aspecto vital cuando se aplica la crianza respetuosa, pues, aunque no se imponen castigos ni sanciones, el pequeño debe saber que existen cosas que no puede hacer, esto enmarcado en un modelo en el que los padres son ejemplo a seguir y el amor es enorme pero firme, lejos de violencia.
La crianza respetuosa tiene un número considerable de seguidores, pero también de detractores, pues muchos consideran haber alcanzado resultados óptimos con esta fórmula mientras que al mismo tiempo hay quienes creen que es muy permisiva.
Los estilos de crianza son diversos, simplemente existen personas que rechazan cualquier modelo contrario al que ha sido utilizado por generaciones en su familia. Cualquiera que sea el caso, lo cierto es que no existe una forma que resulte perfecta e infalible para criar a un hijo.
Es esencial entender que somos los guías de criaturas únicas e irrepetibles, con una personalidad especial y distinta a la de cualquier otro ser, por ello solo queda disfrutar del proceso además de activar las opciones que se adapten a las necesidades del pequeño y de la familia, procurando la armonía o su bienestar emocional.
Fuente: eresmama.com