Muchos niños se marean cuando viajan en coche y lo pasan mal. El mareo es una sensación desagradable que nos hace sudar, sentir frío o náuseas y suele ir acompañado de bostezos o palidez. Los más pequeños suelen manifestar su malestar señalando a su «tripita». Los síntomas pueden hacer que el pequeño llegue a vomitar, haciendo muchas veces que los viajes sean una pesadilla.
Para intentar que nuestros pequeños no se mareen las recomendaciones básicas son:
Con las medidas preventivas, anteriormente citadas, se pueden atenuar el mareo y los vómitos. En cualquier caso, hay que estar preparado para la posibilidad de que los niños vomiten durante el viaje, por lo que es aconsejable que dispongan de una bolsa o cubo de plástico a los que poder recurrir rápidamente si se da el caso. Cuando los síntomas del mareo son intensos puede ayudar el empleo de algún medicamento, aunque usado con prudencia y consultando antes a su pediatra.
La forma de viajar más segura, sobre todo en los niños menores de 2 años, es hacerlo en el sentido contrario a la marcha. En España, la ley obliga a usar un sistema de retención infantil, salvo excepciones, siempre en los asientos traseros. El sistema de retención del grupo 0 y 0+ siempre ha de instalarse en sentido contrario a la marcha, pero a partir de los nueve kilos, con el sistema del grupo 1 puede ir en el sentido de la marcha. No obstante, por seguridad del niño, aunque no sea obligatorio, es recomendable llevar a los niños a contramarcha el mayor tiempo posible. Hay que tener en cuenta que, en caso de accidente, si el niño no está bien sujeto, sale proyectado y se golpea contra el interior del coche con una fuerza mucho mayor a la de su propio peso. Esta fuerza es capaz de producir lesiones graves o mortales. Cabe recordar que los accidentes de circulación son una de las primeras causas de fallecimiento infantil en los países desarrollados.
Fuente: elpais.com