Alimentarnos no es sólo comer, sobre todo, en el ámbito de la escuela. Alimentarnos también es educar, crear conciencia y abrirnos una ventana al establecimiento de rutinas y hábitos para toda la vida. Ir adquiriendo conciencia de la importancia de la alimentación para su día a día y para su salud presente y futura, se inicia a estas edades.
Nuestro servicio de comedor lo utiliza el 70% de nuestros alumnos y es, sin duda, tan importante para ellos como el aula.
Concebimos el comedor como una oportunidad para educar y empezar a cimentar hábitos de alimentación, nutrición y salud; Pero cuidamos también la dimensión social y cultural.
Adaptamos la alimentación a cada etapa del niño.
Les damos todas las facilidades posibles a las familias para que se sientan cómodos y nos adaptamos según el desarrollo individual. Es por ello que seguiremos las pautas que nos indican las familias (tanto si es alimentación artificial como si es natural, tanto si la madre precisa de dar las tomas personalmente como si tenemos que dar las tomas nosotros, teniendo siempre especial cuidado en mantener y calentar la leche materna en nuestras instalaciones, de manera adecuada.
Asistimos con especial cariño a esta etapa, en la que la introducción de sabores y texturas es tan importante, es el primer contacto con su alimentación futura y como todo inicio, se van a sentar bases para el futuro y han de ser sólidas. Nos adaptamos y, por eso, empezamos a comer antes con ellos para que tengan el tiempo que necesitan de presencia, ayuda, estímulo y aliento.
Necesitan menos ayuda y son más autónomos, trabajamos más en los hábitos y la concienciación alimentaria durante el horario de comedor. Celebramos la comida y nos reunimos para darle la importancia que tiene la dimensión social en esta etapa evolutiva. El ambiente relajado y propicio es fundamental.