Aunque no nos demos cuenta en el día a día con el niño, hay ciertas actitudes y errores que cometemos a diario que pueden colarse en el subconsciente de nuestro hijo y quedarse acurrucados durante años, hasta que se un día, de pronto, deciden mostrarse, para desgracia del ya adulto, en toda su plenitud. Por ello, te recomendamos algunas cuestiones que puedes evitar para ayudar al niño.
Antes de nada, piensa que lo más importante es pensar que cualquier situación con el niño es una oportunidad de educar en positivo:
1. No te comportes como un «padre helicóptero». Este término se refiere a los padres que están constantemente pendientes de todo en la vida de sus hijos, pensando que les hacen un gran favor. Lo que consiguen sin embargo es que su hijo pierda autonomía y necesite en un futuro alguien que les genere confianza en su etapa adulta. De no encontrarlo, caen en la ansiedad e incluso en la depresión.
2. No seas tan exigente. Muchos adultos manifiestan sus problemas para dormir. El trabajo, la familia… Sienten como una losa que les impide descansar. Son personas demasiado responsables y autoexigentes. Los psicólogos apuntan que es un problema muy típico de personas cuyos padres les exigían demasiado, que les bombardeaban a frases como: ‘No te portes como un niño, tienes que ser serio’. ‘A ver si maduras ya de una vez’.
4. No compares a tu hijo con nadie. Sí, hay personas que brillan por su desbordante personalidad, y otras que en cambio, solo se fijan en copiar a las otras. Estas segundas son aquellas que arrastran una baja autoestima desde pequeños. Como no son capaces de valorarse, buscan las cualidades que más brillan de los demás para parecerse a ellas.
¿Y por qué tienen esa autoestima tan baja? Entre muchas otras causas, una de ellas tiene que ver con la manía de muchos padres de comparar a sus hijos con los demás. ‘A ver si sacas las notazas de tu hermano’… ‘Mira que juega bien tu primo al fútbol… ya podrías ser como él’. ‘Mira qué bien canta ese niño… ojalá cantaras así de bien…’.
5. No seas excesivamente protector. El «síndrome de Peter Pan» le ocurre a muchos adultos, que parece que buscan constantemente parejas que les traten como un padre o una madre, que se niegan a crecer, a comprometerse, a asumir responsabilidades. Los psicólogos piensan que tiene que ver con la educación que recibieron de pequeños, sobreprotectora.
Los típicos padres que no les dan responsabilidades a los niños desde pequeños, que terminan haciéndoles todas las tareas y resolviéndoles todos los problemas, generan en los hijos falta de madurez que pueden arrastrar en su etapa adulta.
6. No minusvalores sus inquietudes. Si a un niño le dices constantemente: ‘Déjate de tonterías’… ‘Deja de soñar, que los sueños no sirven para nada’… ¿qué esperas? Puede hacer dos cosas: rebelarse y demostrar que sus padres están equivocados o dejarse llevar por las palabras de sus padres y dejar de creer definitivamente en los sueños y esconderse en un segundo plano, a la sombra del resto. ¿Para qué tomar la iniciativa e intentar nada, si desde pequeño le dijeron que no servía?
7. Déjale expresar sus emociones. A muchos adultos les cuesta horrores mostrar en público sus emociones. No son capaces de llorar o reír sin toparse con ese ‘muro’ psicológico que les frena. Esto se debe entre otras cosas a que de pequeños les repitieron con demasiada frecuencia esas terribles frases de: ‘no se llora’, ‘No te rías como una hiena’ , ‘No se lloran por tonterías’, ‘Tener miedo es de cobardes’..
Fuente: guiainfantil.com