Los niños hablan solos, es algo habitual y común, de hecho, este fenómeno ya fue descrito por importantes autores de la psicología, como Jean Piaget que lo denominaba lenguaje egocéntrico, con el que se refería a la manera que tiene el niño o niña de integrarse con el ambiente que lo rodea. Por otro lado, estaba Vygotski que denominó este lenguaje autorreferido como habla privada y, yendo más lejos que Piaget, lo consideró fundamental y que tenía un papel muy importante en el desarrollo del niño.
Normalmente, una de las cosas que preocupan a los padres se sucede cuando observan que su hijo o hija habla solo durante el juego, habitualmente nos parece un signo de alarma cuando, en realidad, no hay por qué preocuparse, de hecho, es signo de una buena salud psicológica. Probablemente el agobio parental surja de pensar que el niño puede tener algún tipo de problema de salud mental, pero nada más lejos de la realidad.
A continuación, explicamos algunos beneficios de esta conducta, pero antes de nada destacamos que habitualmente este tipo de comportamiento suele darse más a menudo a partir de los cinco años.
Para avalar estos beneficios y para entender el porqué de este hecho, se han hecho diferentes estudios a lo largo del tiempo sobre cómo influye el hecho que el infante hable solo durante el juego. En uno de ellos se llegó a la conclusión que este tipo de conducta hace que aprendan a pensar y estimula el pensamiento lógico. Ayuda a comprender lo que sucede a su alrededor y les ordena el pensamiento, consiguiendo de esa manera centrarse en sus objetivos y metas.
También potencia la eficacia de realizar una tarea en voz alta, ya que va diciendo los pasos que va a ir haciendo. Ayuda a que la memoria vaya más rápido y estimula y refuerza el aprendizaje.
Potencia el conocimiento de uno mismo (fundamental para la inteligencia emocional) al escuchar su voz interna, así como para comprender por qué actúa de una manera determinada.
En definitiva, cuando el niño habla solo o sola durante el juego, no solo no es negativo y no debemos preocuparnos, sino que, como hemos visto, aporta más de un beneficio tanto para desarrollo emocional, como cognitivo y social.
Fuente: serpadres.es