La importancia de la lectura en los niños desde temprana edad

¿Sabes lo que ocurre en el cerebro de los niños cuando juegan?
18 abril, 2018
Habla solo cuando juega o está solo: ¿beneficioso o preocupante?
30 abril, 2018

La lectura es la llave más importante para acceder a la información, la cultura y el mundo de la ficción y de la fantasía. Para ello, la colaboración de los padres es totalmente necesaria impulsando el proceso de aprendizaje. Te enseñamos los beneficios a corto plazo que puedes conseguir en el niño y la forma de conseguirlo a través de distintos hábitos.

Beneficios de la lectura a corto plazo

Hay una labor familiar de preparación vital antes de que los niños aprendan a leer, y de seguimiento, después. Aunque resulte increíble, se recomienda poner a los niños en contacto con la lectura a partir de un año aproximadamente. Eso sí, hablamos de cuentos con grandes imágenes y poco texto, que se irán complicando y ampliando a la medida del aprendizaje del niño. Los efectos positivos de sentarnos con ellos, leerle y contarles historias desde temprana edad les permiten lo siguiente:

  1. Enriquece la relación adulto-niño

En esta relación mágica, niño-adulto-libro, el padre, la madre son los encargados de maravillar a su hijo con el libro y de descubrirle el mundo sorprendente que guarda. Estos momentos de lectura son muy gratificantes, porque están, además, envueltos en afectividad.

  1. Familiariza al niño con los textos

– Acostumbrándole al objeto: al niño le gusta imitar a sus padres.
– Haciéndole experimentar la permanencia de la palabra escrita. Cuando llegue al colegio, la lectura le parecerá una actividad necesaria e interesante.

  1. Amplia y organiza el universo del niño

Tanto las imágenes como los textos le ayudarán a:

– Conocer el mundo.
– Conocerse a sí mismo.
– Dominar el entorno real. Los textos le adelantarán, además, futuras experiencias.

  1. Desarrolla las capacidades mentales del niño

– Memoria. El niño podrá contar el cuento que le ha leído, siguiendo las imágenes.
– Lenguaje. A través de la lectura oída, el pequeño ampliará su vocabulario y aprenderá frases cada vez más complicadas.
– Capacidad de abstracción. El niño establece la relación entre los objetos que ha visto en la realidad y la representación de los mismos en las ilustraciones. Pasa, en consecuencia, a un nivel de abstracción.
– Imaginación. A partir de la imagen y del texto, el niño comienza a construir su propia representación, a crear una realidad en su mente.

Consejos para crear hábitos de lectura en los niños de 0 a 3 años

Todos estos beneficios, obviamente, se consiguen repitiendo numerosas veces el acto de leer. Al principio la presencia del adulto es imprescindible, ya que pone la voz y los matices a la historia del cuento. Además, esa labor consigue que la lectura sea atractiva para el niño y que la convierta en hábito. ¿Cómo lo conseguimos?

¿Cuáles son las bases para crear un hábito de lectura en los niños?

  1. Buscar un buen momento en el día, en el que el niño esté tranquilo y no absorto en otras cosas y el adulto tenga un ratito para consagrarse a él en exclusiva sin, por ejemplo, tener que hacer algo en la cocina o atender el teléfono.
  2. Crear un ambiente de distensión, pausado. Las actitudes físicas son importantes: sentarse a su lado o sentarlo sobre las rodillas, rodearlo con nuestros brazos sin agobiarlo y abrir pausadamente un libro, un cuento o una revista.
  3. No vale cualquier libro por caro que sea o por prestigioso que sea su autor y su ilustrador. Desde muy pequeños, los niños pueden mostrar preferencias: los animales, los aviones, las casas, las imágenes de otros niños con los que se siente identificado o que le hacen gracia… Hay que atender sus gustos incipientes sin por ello limitar sus posibilidades de abrirse a otros asuntos.
  4. Respetar su limitada capacidad de atención y su necesidad de movimiento. Si se levanta y se aleja cuando estamos en lo mejor de la historia, no debemos desanimarnos. Sus razones tendrá. Habrá que intentarlo otro día, sin obsesionarse.
  5. Mostrar interés por lo que le estamos leyendo o enseñando. El niño, incluso tan pequeño, es muy sensible a la atención de sus padres. Si ellos muestran interés por algo, él tenderá a mostrar interés también.
  6. Sacar a escena el niño que llevamos dentro, el actor o la actriz capaz de cautivar a su público. El niño disfrutará y el adulto se sentirá enormemente recompensado.

Fuente: conmishijos.com  y guiainfantil.com