El pasado 20 y 21 de octubre el equipo educativo de Pizquito disfrutó la realización de la certificación de Disciplina Positiva, en este caso la de Primera Infancia. Ha sido todo un honor y un privilegio para nosotros recibir este taller, siendo los únicos en Canarias. Además, queremos agradecer la presencia de muchas personas relacionadas con el mundo de la educación, que también acudieron para realizar la certificación en nuestro centro.
Este verano, la asociación americana de Disciplina Positiva creaba esta nueva certificación y nuestra entrenadora/facilitadora Marisa Moya nos ha traído esta experiencia fundamental para nosotros. ¡Muchas gracias, Marisa!
En diciembre de 2.016 realizábamos la primera certificación de aula (para educadores) que se hacía en Canarias, en febrero de 2.017 hacíamos la certificación de Familias y, ahora, nuevamente, hemos la de Primera Infancia con la misma ilusión, ganas e incertidumbre de seguir avanzando en esta metodología del respeto mutuo, sin premios y castigos. Una premisa de la educación respetuosa es, desde nuestro punto de vista, el respeto a la naturaleza infantil y sus necesidades, su forma de descubrir, aprender, relacionar etc. Y en este camino siempre tenemos la necesidad de avanzar más y de seguir innovando.
Entendemos la educación y en especial la educación infantil, en la actualidad, como heredera e integradora de las distintas teorías y corrientes metodológicas, pues el saber en educación es sumativo , nunca excluyente, pues partimos de la base de que nos tenemos que dotar de cuantos más recursos mejor para adaptarnos a las necesidades de esa infancia y sus familias a la que nos dirigimos; Y en este aspecto, la Disciplina Positiva es igual de respetuosa y flexible en su aplicación pero con indudables resultados a largo plazo.
Aquí les dejamos un pequeño resumen audiovisual de la experiencia: