Puede que ahora no le des importancia y disfrutes viendo cómo se emociona con cada envoltorio nuevo a romper y cómo sonríe con cada juguete nuevo. Pero no es nada positivo atender todos los caprichos de los niños y regalarles todo lo que piden. Los especialistas advierten de las graves consecuencias en el desarrollo emocional del niño:
Anestesia que hace que se le reste importancia a valores como el esfuerzo, la austeridad, la generosidad
Avaricia que hace que quieran ser más que los demás y tener más que los demás sin valorar lo que tienen y lo que cuesta
Niños caprichosos que no se conformarán con nada, siempre querrán más y más.
Bloquea su maduración
Exceso de regalos: Los efectos de la publicidad, machacona desde meses antes, con técnicas persuasivas hacia los más pequeños les va empujando a encapricharse de muchísimos juguetes que realmente no desean. Los ponen todos en la carta a los Reyes Magos, y claro, como hay tantas casas que quieren regalar a los más pequeños, sus majestades tienen a comprarlo todo para que el niño no se quede sin ninguno de ellos. Es una auténtica pena ver, cómo después del dineral que valen muchos de estos juegos o juguetes, los pequeños no le hacen ni caso pasados los primeros 15-20 minutos. Esto es porque realmente no los querían.
Es cierto también que muchas familias quieren compensar a los más pequeños el poco caso que se les hace durante el año debido al trabajo y demás compromisos, pero claro, enorme error si pensamos comprar a los niños en dos días con muchísimos regalos. Eso no es educarlos, sino todo lo contrario. Mismo error si lo que se quiere es aparentar más ante los padres de otros amiguitos del colegio. Muchos padres quieren ser más que otros y que sus hijos sean los más envidiados, cuando en realidad pueden ser los más vacíos de cariño por muy llenos de regalos que tengan a sus hijos.
Así los regalos parecen ser una competición, creando niños avariciosos y caprichosos que no le dan ningún valor a lo que tienen entre manos, ya sea un regalo de 5 euros o de 100. Por eso nos gustaría desde aquí hacer una llamada a los padres ya que pensamos que lo que deben hacer es concienciar a los más pequeños, hacerlos responsables, que aprendan a darle el valor que tienen los regalos.
Hay niños que pueden no tener ningún regalo, ni tienen la suerte de tener paquetes en el árbol por ejemplo. Se puede premiar el buen comportamiento con los regalos y castigarlo si no se ha portado bien… El niño debe valorar la cultura del esfuerzo, no del regalo llega porque sí haga lo que haga o me porte como me porte. Que aprendan a luchar por lo que quieren les hará más fuertes y mejores personas en el futuro. Recordad que en estos años estamos forjando cómo serán el día de mañana.

¿Cómo podemos actuar como padres?

Los pequeños deben saber que no pueden pedir cientos de cosas. Para eso está la regla de los cuatro regalos. Cuatro es la cifra perfecta para los regalos en navidad. No deberían incluir en sus listas para los Reyes Magos más de estos cuatro regalos divididos en los siguientes principios: 

REGLA DE LOS CUATRO REGALOS NAVIDEÑOS

  1.  Ropa, zapatos, complementos… algo que les sirva para vestirse o llevar puesto.
  2.  Un libro
  3.  Algo que realmente necesiten
  4.  Algo que realmente deseen.

Es decir, no tanto cantidad, sino calidad. Que sean regalos necesarios y deseados.

También podéis aplicar otras ideas:
-Deben saber que hay niños que no tendrán nada, por determinadas circunstancias. En nuestro caso siempre pedimos en la carta algo para los que menos tienen y luego llevamos el juego y algunos de segunda mano a los más necesitados.
-Si queremos acertar es bueno preguntarles sobre esa larga lista que han hecho a los Reyes Magos, cuáles serían los que más ilusión les harían, que lo pongan por orden de gusto…
-Fomentar que pidan juguetes didácticos, interactivoseducativos. Juegos que fomenten la socialización, el compartir con otros niños, el ser creativos.
-Hacer pensar a los más pequeños si son útiles, si les van a dar uso o los van a guardar en un cajón.
Los adultos tenemos que reflexionar sobre qué hacemos mal y cómo estamos perjudicando al desarrollo de los más pequeños. Ellos están moldeables y por educar y es ahí cuando entramos nosotros. Piensan que es magia y que los regalos llegan de la nada, pero todos sabemos que no es así y hay que hacerles valorar todo.