Este fin de semana, el equipo educativo de Pizquito tendremos la oportunidad de realizar otra certificación de Disciplina Positiva, en este caso la de Primera Infancia. La hemos anhelado mucho y este verano la asociación americana creaba esta nueva certificación, la presentaba en la convención de S. Diego, y nuestra entrenadora/facilitadora Marisa Moya allá que se fue con toda la ilusión de la que es capaz para traer a España este valioso regalo que ahora nosotros vamos a recibir como un privilegio.
Este Taller de Certificación de Disciplina Positiva supone un privilegio que nos permite seguir aprendiendo y mejorando nuestra práctica educativa con nuestras niñas y niños, y por extensión enriquecer los recursos que compartimos con las familias para lograr ese puerto común del mejor desarrollo posible de todos y cada uno de nuestros alumnos/as.
La Disciplina positiva es la filosofía de los psiquiatras Alfred Adler y Rudolf Dreikus, que ha sido desarrollada por las psicólogas Jane Nelsen y Lynn Lott y que nos ayuda a los adultos a tomar conciencia de los comportamientos que están en la base de nuestras prácticas educativas (como docentes y como padres) y su influencia en el desarrollo, crecimiento y comportamiento infantil. Es decir, debemos primero tomar conciencia los adultos de cómo hemos sido educados y los automatismos que hemos desarrollado para cambiarlos y desarrollar otras formas de educar y criar que mejoren el proceso.
Para ello, la Disciplina Positiva nos dota de valiosos recursos y, sobre todo, nos impulsa a seguir dotándonos de nuevos recursos, lo que llamamos nuestra particular caja de herramientas, para acercarnos a la naturaleza infantil y a partir de ahí acompañar en el proceso de crecimiento, desarrollo y aprendizaje del niño/a. Todo esto en un proceso de aprendizaje y mejora continua pues la sociedad es cambiante y la necesidad del niño también.
Una de las características de nuestra filosofía educativa siempre ha sido la individualización en el proceso enseñanza aprendizaje y la educación personalizada, y esta metodología de la Disciplina positiva no sólo casa perfectamente con esta premisa, sino que nos facilita y anima a seguir progresando en ello.
Los principios de la Disciplina Positiva los podríamos resumir en:
Da especial importancia al aliento al niño/a y capacitación del individuo con lo que adquiere relevancia sus fortalezas individuales y la valoración de si mismo. Se siente capaz, valorado e importante.
En diciembre de 2.016 realizábamos la primera certificación de aula (para educadores) que se hacía en Canarias, en febrero de 2.017 hacíamos la certificación de Familias y, ahora, nuevamente, todos hacemos la de Primera Infancia con la misma ilusión, ganas e incertidumbre de seguir avanzando en esta metodología del respeto mutuo, sin premios y castigos. Una premisa de la educación respetuosa es, desde nuestro punto de vista, el respeto a la naturaleza infantil y sus necesidades, su forma de descubrir, aprender, relacionar etc. Y en este camino siempre tenemos la necesidad de avanzar más y de seguir innovando.
Entendemos la educación y en especial la educación infantil, en la actualidad, como heredera e integradora de las distintas teorías y corrientes metodológicas, pues el saber en educación es sumativo , nunca excluyente, pues partimos de la base de que nos tenemos que dotar de cuantos más recursos mejor para adaptarnos a las necesidades de esa infancia y sus familias a la que nos dirigimos; Y en este aspecto, la Disciplina Positiva es igual de respetuosa y flexible en su aplicación pero con indudables resultados a largo plazo.