Muchas personas se preguntan cuál es la importancia de enseñar y concienciar a los niños a vivir en la igualdad de género. Pues muy fácil, es vital para nuestros hijos de cara a las sociedades futuras, una verdadera inversión para el día del mañana.
Consejos para educar a los niños en la igualdad
Que sea él mismo. Paradojas de la vida, hasta mediados del siglo XX, el rosa era el color para los niños y el azul para las niñas. Los bebés no nacen con preferencias por los colores ni por los juguetes. Las diferencias empiezan en torno a los 2 o 3 años cuando los niños comienzan a tomar conciencia de su género. Es entonces cuando las expectativas sociales pueden jugar en contra de los intereses innatos de los chavales, según diversos estudios. Por tanto, deja que tu hijo experimente, se pruebe ropa distinta y se maquille.
Expresar emociones. Los bebés lloran por igual independientemente del sexo. Pero, a los 5 años, los niños reciben el mensaje de que no deben llorar para ocultar su vulnerabilidad. «A nuestras hijas se les permite ser humanas, pero a nuestros hijos se les enseña a comportarse como robots», ha asegurado Tony Porter al New York Times. Porter es fundador de ‘A Call to Men’, un grupo de activismo y educación en favor de la igualdad. Evita coartar a tu retoño y permítele que llore.
Que tenga amigas. En Infantil, niños y niñas juegan juntos sin problemas. Sin embargo, cuando termina Preescolar, los críos comienzan a separarse por géneros y los críos no se juntan con las muchachas. Anima a tu peque a que juegue con niñas y a que las invite a su cumpleaños. La comunicación mejora y no hay mejor manera para derribar los estereotipos que conocer al sexo opuesto.
Referentes femeninos-.’La Ratita presumida’, la ‘Cenicienta’, ‘La Bella durmiente’… Los cuentos infantiles tradicionales son claramente sexistas. Los críos necesitan otros relatos con nuevos referentes. ‘Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes’ recopila 100 historias de mujeres reales y extraordinarias: desde Frida Kahlo a Jane Goodall pasando por Coco Chanel o Nina Simone.
‘Niña’ no es un insulto. «Porque eres una niña’ nunca es una razón para nada», sostiene Chimamanda N. Adichie en su libro ‘Cómo educar en el feminismo’. Y menos un insulto. Por lo tanto, elude expresiones despectivas tipo «corre o llora como una niña».
Los chicos friegan. Aunque algo se ha avanzado en este aspecto, todavía sigue habiendo la tendencia de encargar más tareas domésticas a las chicas que a los chavales. De hecho, las muchachas estadounidenses pasan dos horas más que ellos haciendo estos quehaceres, según el New York Times. Enseña a tu vástago a limpiar, a cocinar y a cuidar de los demás.
No sólo fútbol. ¿Y si en los recreos hubiese un día sin este deporte? ¿Y si durante jornada todos los alumnos jugasen a tiendas y cocinitas? Los colegios deberían intervenir en los patios para fomentar la diversidad y otro tipo juegos que no sean sólo de tocar el balón.
Que sea un niño. No se trata de que el pequeño no pueda pelear ni hacer el bruto. Los críos pueden seguir subiéndose a los árboles y mostrando su fuerza, pero sin olvidarse de reconocer sus emociones y de respetar al diferente. Todo en su punto medio.