Una de las cosas más importantes de la condición humana es que todos podemos ser útiles, así que debemos «entrenar» a nuestros hijos para que sean «útiles».
Una de las sensaciones más bonitas que podemos experimentar es cuando hemos hecho algo por algo o por alguien, y nos hemos sentido útiles. Suele ir acompañado de sensaciones de alegría, satisfacción, gratitud y orgullo. La acción de hacer algo por alguien acompañado de las emociones que provoca, es motivo suficiente para estar emocionalmente satisfechos.
¿Cómo podemos hacer en nuestros hijos que se sientan útiles?
Aquí te exponemos algunas de las recomendaciones que nos hace Guía Infantil:
1. Realizando tareas domésticas de la casa. Sin usar con incentivo un premio o recompensa final, sino solo por el mero hecho de ser útil.
2. Ser capaz de hacer recados en función de sus edad. Aparte de la responsabilidad y la autonomía que conlleva hacer los recados, también es un buen escenario donde los niños pueden sentirse útiles.
3. Compartiendo tiempos de ayuda con los padres. En aquellas tareas rutinarias enseñarles a que tengan una presencia activa y colaborativa.
¿Qué recompensas tendrá para ellos el sentirse útiles?
Del mismo modo, pasaré a citar las 3 más importantes:
1. Aprenderán el camino de la cooperación y no del egoísmo.
2. Mejorará en ellos la toma de decisiones.
3. Tendrán una actitud más positiva ante la vida.
Podemos reforzar esta actitud con refuerzos de este tipo:
– Muy bien espero que te hayas sentido útil…
– Genial tu aportación, espero que estés alegre por haberte sentido útil a esta familia.
– Esto que has hecho es de gran utilidad para nosotros, muchas gracias.
– La actitud que has tenido en la familia nos ayuda mucho a…
Ponlo en práctica y seguro que te lo agradecerán a la larga.