Es importante evitar que los niños desperdicien la comida. Si conseguimos que se conciencien acerca de un consumo responsable, lograremos seres humanos preocupados por su medio. En este sentido, es necesario inculcarles hábitos de alimentación saludables, adaptados siempre a sus diferentes etapas de crecimiento. Por eso, a continuación te aportamos algunas ideas que puedes llevar a cabo.
Teniendo en cuenta que desperdiciamos demasiada comida al año, ya sea porque se nos pasa la fecha de caducidad o, simplemente, porque no calculamos las cantidades que vamos a ingerir y terminamos tirándola, debemos ser nosotros los primeros en dar ejemplo a nuestros pequeños.
Los niños son muy visuales, es decir, para que consigas enseñarles nuevos conceptos o que entiendan mejor las cosas requieren ejemplos pragmáticos. En este sentido, para conseguir el objetivo, que no desperdicien los alimentos, será necesario que les enseñes sus orígenes.
Con algunos alimentos te será más sencillo. Solo tendrás que llevar a tus pequeños al campo para que comprueben de dónde salen la fruta y la verdura. Seguramente se sientan fascinados por el proceso y consigas que durante esta experiencia prueben nuevos sabores que, con suerte, podrás incluir en sus platos futuros, incitándoles así a una mejor alimentación.
Tus hijos también pueden aprender la importancia de la cadena alimentaria hasta que estos productos de la tierra llegan a los hogares o a nuestro comedor. Si comparas estos alimentos con los procesados, les harás ver cómo contaminará menos comprar esta comida que no necesita envases ni productos químicos peligrosos para la salud y el medio ambiente.
Como adultos y padres, somos el primer ejemplo en que se fijan los más pequeños. Por eso, el hecho de reciclar comida no solo es una lección para ellos, sino también para nosotros mismos.
¿Qué debemos hacer? Es muy sencillo. Algunas veces no es fácil calcular la cantidad exacta de comida que vamos a consumir en un día. Con esto no debemos tener ningún problema, ya que podemos aprovechar las sobras para reinventar el plato del día siguiente o congelar algunas raciones para otros días.
Tomemos una u otra decisión, vamos a hacer que participen de ella nuestros hijos para que aprendan la importancia de proteger la naturaleza generando menos basura. Además, esto supondrá también un buen ahorro para nuestros bolsillos, así que saldremos ganando en todos los sentidos.
En nuestro comedor escolar damos preferencia a los alimentos saludables y tratamos de hacer de estos un hábito en las comidas de los estudiantes. Es normal que los pequeños se puedan rebelar ante nuevos sabores y texturas. A veces, pueden no servirte los argumentos anteriores acerca de la necesidad de preservar el medio ambiente para no tirar el alimento que les desagrada. Por eso, tendrás que poner en práctica tu imaginación.
Si ves que tu pequeño pone mala cara ante una verdura, puedes hacérsela más atractiva con algunos trucos de presentación. Puedes escenificar una imagen que le llame la atención troceando la comida y jugando con los colores de esta. Te resultará increíble cómo logras convencerle para probar nuevas verduras a través de esta táctica.
Tampoco hay que ser muy estrictos con los nuevos alimentos, así que puedes recurrir a invenciones con otros que adoren tus pequeños. ¿Qué tal una pasta con trocitos de verduras o una pizza con un poco de todo? Sin duda, poco a poco triunfarás haciéndoles ver la necesidad de aprovechar los alimentos.
Ya tienes algunas opciones para evitar que los niños desperdicien la comida. Enseñarles su proceso y darles alternativas en sus platos diarios les hace disfrutar al mismo tiempo que protegen su medio ambiente y, sobre todo, su salud.