El aprendizaje para la vida en la escuela: importancia y claves de implementación

rincón de pensar
El «rincón de pensar»: ¿hay mejores alternativas para el niño?
11 abril, 2021
cuentos-infantiles-por-el-día-del-libro-2021
Dos cuentos infantiles para el Día del Libro 2021
22 abril, 2021

Enseñar conocimientos no es la finalidad de la escuela, sino fomentar un aprendizaje para la vida. Es decir, desarrollar las competencias, otorgar las herramientas y posibilitar la mejor toma de decisiones entre los alumnos para su día a día.

Si te preguntan como padre o madre, seguro que compartes este planteamiento. Más importante que saber mucho o poco, lo esencia es aprovechar ese caudal cognitivo en la práctica. Se trata, por lo tanto, de saber para obrar.

La escuela actual debe implementar una educación personalizada que dé respuesta a esta necesidad en cada alumno.

Aprender a vivir

La teoría y la práctica no pueden ir separadas en el aprendizaje actual, pues configuran un todo indisoluble al que debes aspirar para la formación de tus hijos. El aprendizaje para la vida aúna ambos enfoques en una única realidad: lo cognitivo, lo ético y lo funcional deben ir de la mano.

Solo a través de dinámicas y tareas que permiten aprovechar los conocimientos en realizaciones prácticas aplicables a la vida real estaremos formando alumnos para la vida. En este planteamiento, todas las partes implicadas son fundamentales y deben trabajar al unísono:

  • Alumnos.
  • Familia.
  • Escuela.
  • Sociedad, entendida como el barrio o el pueblo en primera instancia.

Un método específico

Enseñar para la vida no es posible si no se aplica un método eficaz y perfectamente definido. Existen tres ideas fundamentales que has de tener muy presentes en este propósito:

  1. Cada alumno tiene sus talentos y su forma de aprender. La personalización es, por lo tanto, esencial. Pero, antes de ella, hay que escuchar y conocer a los alumnos. Solo si les planteamos tareas y estímulos emocionantes, despertaremos su interés y podremos sacarles el máximo partido.
  2. La formación complementaria externa difiere entre los alumnos. Hay marcadas diferencias digitales, espaciales, emocionales, de apoyo familiar, etc., en el contexto de cada alumno. En la medida de lo posible, por ello, conviene optimizar el tiempo en la escuela y limitar al máximo los deberes para casa. Además, luego lo veremos con mayor profundidad, la autonomía y la autogestión resultan esenciales: tienes que fomentarlas al máximo.
  3. La universidad no es para todos. Cada alumno tiene sus propias metas, objetivos y circunstancias. Es un error enfocar a todo el alumnado hacia la formación superior. Lo principal es que les transmitan herramientas aprovechables para la vida, desde valores a competencias, pasando por el autocontrol de las emociones. La felicidad y el desarrollo personal no derivan del nivel de estudios superado, sino de la capacidad personal en el día a día.

Dicho de otro modo, la finalidad de la escuela es formar personas preparadas para la vida, no universitarios. Tu función como familiar es estimular la mejor versión de tus hijos, sea esta cual sea. Tienes que aceptar su individualidad, así como ayudarles a potenciar sus fortalezas y a compensar sus debilidades, siempre en un entorno de amor, respeto y aceptación ilimitados.

La importancia de la autonomía

Sin autonomía nadie es libre. Somos incapaces de gestionar y regular nuestros aprendizajes si carecemos de ella. Solo este atributo prepara a cada persona para adaptarse al cambio permanente al que todos tenemos que enfrentarnos.

A través de ella, cada alumno es capaz de determinar qué herramientas de análisis, decisión y trabajo debe utilizar en cada situación.

Si de verdad aspiras a impulsar un verdadero aprendizaje vital en las escuelas, estos consejos para desarrollar la autonomía te resultarán muy útiles:

  • Establecer objetivos definidos y compartidos. Ni los docentes ni los padres debemos imponer nuestros criterios. Somos guías o asesores, apoyos ciertos, pero cada alumno ha de participar y establecer su propio itinerario de desarrollo.
  • Apostar por la autoevaluación. ¿Eres capaz de saber cuándo has actuado bien o mal? Esta competencia es imprescindible en la vida, solo así podemos aprender de los errores y avanzar correctamente de forma individual.
  • Fomentar la motivación. Recuerda: el alumno es el principal protagonista de su proceso educativo. Ha de participar activamente en su gestión y ser el agente principal que tira del carro, porque está implicado y desea hacerlo.
  • Hacer reflexionar. Recuerda la célebre frase de René Descartes: «Pienso, luego existo» y aplícala al aprendizaje. Cada alumno debe pensar en lo que aprende… y en cómo lo hace.
  • Impulsar la personalización. Cada proceso es único, individual, original e intransferible, porque se adapta a cada persona y no existen dos iguales.

Principales metodologías y estrategias para la educación personalizada

Queremos terminar este artículo con una enumeración de buenas prácticas que te conviene incorporar a tus acciones educativas, tanto en la familia como en el colegio:

  1. Adapta el aprendizaje a la persona, sin centrarte tanto en los resultados.
  2. Fomenta las preguntas como recurso para aprender.
  3. Estimula la metacognición mediante diarios, debates, carpetas de trabajo y otras técnicas.
  4. Enseña haciendo. El aprendizaje debe ser activo siempre.
  5. Apuesta por la creatividad y el ritmo. Crea enfoques diferenciados, busca escenarios distintos y cambia los recursos para que todos consigan aprovecharlos.

Como has visto, fomentar un aprendizaje para la vida es posible y necesario. Ahora ya tienes más herramientas para contribuir a su implementación.

Imagen | Pixabay

Fuentes de referencia:

https://www.unir.net/educacion/revista/estrategias-de-educacion-personalizada/
https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9881098/05/19/Aprender-para-la-vida-es-una-obligacion-de-la-escuela-asegura-Francisco-Zariquiey-autor-de-mas-Savia-el-proyecto-de-SM-para-Primaria.html

¿Cómo fomentar la autonomía de tus alumnos?


https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/aprendizaje-para-la-vida/