Seguimos despertando el espíritu carnavalero que llevamos dentro convirtiéndonos, esta vez, en indios.
Para ello, decoramos nuestra pluma pegando trozos de papel de seda. Esta actividad de motricidad fina ayuda también a desarrollar la paciencia y concentración. Y la creatividad (pegando y combinando los colores como les apetezca).
Durante la fiesta, además de maquillarnos, bailar y reír junto a los compañeros-apaches, trabajamos la motricidad gruesa, sentándonos con las piernas cruzadas y marchando al ritmo del tambor.
Ha sido un gran día para continuar transmitiendo una parte fundamental de nuestra cultura: un carnaval sencillo, vivencial y muy divertido…aunque este año toque tomárselo con más tranquilidad por el bien de todos.