Los juguetes de plástico son una de las principales fuentes de entretenimiento de los niños en sus ratos libres. Pasan mucho tiempo en casa, especialmente durante sus primeros años de vida antes de empezar a ir al colegio. Sin embargo, es importante que los padres hagan un correcto control de los juegos para evitar cualquier tipo de contratiempo. La mayoría de los fabricantes siguen las recomendaciones sanitarias, por lo que es imposible que ocurra algún accidente sí se siguen los pasos correctos. En este post se conocerán los tipos de plástico más recomendables para los niños.
A la hora de comprarlos, uno de los principales consejos que deben seguir los padres es mirar bien el etiquetado y la homologación del juguete para conocer el tipo de plástico que se ha usado en su fabricación. Además, siempre es preferible acudir a establecimientos que sean especializados para poder asesorarse de forma adecuada. Uno de los tipos de plástico más seguros es el propileno.
Su resistencia al calor provoca que no se filtren olores ni toxinas. Tampoco cuando está en contacto con el agua. Por ello, apostar por juguetes elaborados al 100 % de PVC es una de las mejores soluciones para regalarlos niños.
En otros tipos se pueden utilizar aditivos a los que hay que prestar atención. Uno de los principales es el ftalatos, que le permite dar una mayor suavidad al tacto. Sin embargo, en algunos casos, pueden llegar a causar un desequilibrio hormonal y ser cancerígenos.
El cadmio es otro de los productos químicos que pueden encontrarse. Ayuda a estabilizar el plástico, pero tiene algunos efectos secundarios como enfermedades cerebrales o problemas renales. Con el fin de alargar la vida útil de los juguetes, algunos fabricantes apuestan por el uso del plomo. Incluso, puede encontrarse en algunas soluciones de pintura. No obstante, este aditivo puede llegar a afectar al sistema nervioso, y también se ha relacionado con contratiempos en el oído o de TDAH.
No obstante, uno de los más frecuentes es el bisfenol A. No solo en productos de ocio, sino también en otros del día a día como las botellas o los vasos. Su riesgo principal es que los niños se los pongan en la boca. En este sentido, los hijos que tiendan a masticar cosas es recomendable no incluir este producto.
El contacto de los niños con estos aditivos puede tener algún tipo de efecto secundario, por lo que es recomendable estar alerta para evitar cualquier contratiempo. Existen productos de plástico completamente seguros e inocuos, por lo que una buena revisión y asesoramiento es suficiente para evitar efectos secundarios.
Los juguetes de plástico cuentan con la ventaja principal de que es el material principal y, por tanto, hay un amplio número de opciones. Además, el precio es asequible en la mayoría de los casos. Por otro lado, son realmente resistentes, ligeros y también presentan una mayor facilidad para poder limpiarse. Otro de los beneficios que ofrecen es que los colores son más vivos, y al estar directamente elaborados con plásticos de color no cuentan con pintura. Los niños tienden a arañar la pintura pudiendo hacerse daño.
No solo hay que prestar atención a los juguetes, ya que los niños viven rodeados de productos de plástico en su vida diaria. Los biberones o las vajillas son solo algunos de los ejemplos principales. Como conclusión, los juguetes de plástico son una de las mejores opciones para que los más pequeños puedan divertirse, aunque siempre es recomendable cerciorarse de comprar productos que sean de buena calidad y asesorarse con expertos.