Es importante que adviertas problemas en el desarrollo del lenguaje en tu hijo o hija durante la edad temprana. Por lo general, un diagnóstico más certero se puede realizar a los cinco años, aunque antes te puedes percatar de ello. Es importante adecuar un tratamiento al menor para facilitarle las relaciones sociales y el aprendizaje posterior.
El trastorno en el desarrollo del lenguaje o TDL no está relacionado con el desarrollo intelectual, por eso es preciso analizar al pequeño exhaustivamente antes de errar en su diagnóstico.
Este trastorno puede ir asociado a otros problemas, como pueden ser una deficiencia en el sentido del oído, el trastorno del espectro autista o alguna lesión cerebral. En ninguno de estos casos su desarrollo intelectual tiene por qué verse afectado, aunque no corregir a tiempo los problemas del lenguaje sí le puede causar dificultades en el aprendizaje durante su juventud o madurez.
Existen varios rasgos que puedes identificar en tu pequeño, como la adquisición tardía del lenguaje, su incomprensión ante frases sencillas o su dificultad para crear oraciones simples.
Otra dificultad que puedes apreciar en tu hijo es la disociación entre el significante y el significado. Esto comprende no poder distinguir una palabra de uso habitual o su imagen correspondiente y presentar, además, una complicación para asociarlas.
Asimismo, si ves que no responde correctamente ante una orden o expresión oral, seguramente sea un indicativo de TDL.
Como ya te dijimos, el trastorno en el desarrollo del lenguaje no tiene por qué suponer un problema real. Muchos niños a los que se les advierte en los primeros cinco años terminan adquiriendo correctamente el lenguaje, aunque de manera tardía, sin repercutir en su aprendizaje o intelectualidad.
Por el contrario, en otros pequeños, el problema llega hasta su adolescencia y corren el riesgo de sufrir bullying y, por tanto, dificultades de socialización.
En muchos casos se desconoce el origen de este trastorno una vez que se ha descartado cualquier tipo de enfermedad o problema congénito. Independientemente de esto, diagnosticarlo a tiempo es fundamental para ayudar a tu hijo en los distintos aspectos de su desarrollo y vida social.
El lenguaje es muy importante para la comunicación humana. Las dificultades en este aspecto pueden conllevar a otros problemas que afectan a la autoestima del individuo y a su desarrollo personal.
El TDL debe tratarse de manera temprana preferiblemente con el fin de evitar dificultades de la persona en etapas posteriores. Así, la atención de un logopeda experimentado en el trastorno del lenguaje y la de un psicoterapeuta pueden facilitar la respuesta del niño ante los estímulos de comunicación.
Aunque pueden existir problemas en el desarrollo del lenguaje en tu pequeño, no debes preocuparte demasiado siempre que consigas una atención adecuada durante los primeros años de aprendizaje. El TDL no afecta a su desarrollo intelectual, pero puede estar asociado a otros trastornos, como el del espectro autista e, incluso, la sordera.
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